Alergia a ácaros del polvo

Consejos y recursos

NORMAS DE DESALERGENIZACIÓN FRENTE A LOS ÁCAROS DEL POLVO

Los ácaros son responsables de la (mal llamada) “alergia al polvo”. Son insectos lejanamente emparentados con las arañas, su tamaño es microscópico, y se alimentan sobre todo de las escamas de piel que desprendemos las personas. Por eso su hábitat natural son las camas (almohadas y colchones), donde encuentran alimento en abundancia. Lo que causa la alergia no son los ácaros propiamente, sino partículas de sus heces o de los cuerpos de los ácaros cuando mueren. Estas partículas están flotando en el ambiente, y al ser respiradas por una persona que sea alérgica a los ácaros producen estornudos, mocos, tos, fatiga, etc.

Los ácaros proliferan más en ambientes húmedos y templados, por lo son más abundantes en zonas costeras que en zonas de interior.

Las normas de desalergenización están orientadas a conseguir que no se acumulen ácaros ni sus detritus, y que cuando ello ocurra se puedan eliminar. Hay que realizarlas en toda la casa, pero particularmente en el dormitorio del paciente.

Hay que evitar objetos que acumulen polvo: alfombras, moquetas, peluches, cortinas, estucado, etc.

Es recomendable un suelo liso y lavable (mosaico, linóleo, parquet,…). Las paredes deben ser también lisas y con pintura lavable. En el dormitorio se recomienda prescindir de aquello que no sea necesario. Si el paciente es un niño, y ello es posible, el dormitorio no debería ser el cuarto de juegos.

Es aconsejable que el colchón y la almohada sean “antialérgicos”, sin costuras, de una sustancia maciza (esponja, látex, viscoelástico,…). Evitar rellenos de lana, plumas, miraguano,…. Son aconsejables las fundas antiácaros (disponibles en tiendas especializadas y grandes almacenes).

La ropa de cama debe ser de algodón, y los edredones y las mantas se aconseja que sean sintéticos y lavables. El lavado de la ropa de cama con agua caliente a más de 60o elimina los ácaros y sus restos. La luz solar también contribuye a disminuir la concentración de ácaros en los colchones y almohadas, por lo que exponerlos periódicamente al sol es aconsejable. La limpieza de la casa (ello incluye los colchones y las almohadas, cojines, sillones,…) se debe hacer con un aspirador potente con filtro HEPA o de agua, evitando barrer o sacudir el polvo. Los aparatos que utilizan vapor de agua para limpiar no son aconsejables.

Los muebles, paredes, etc. se pueden limpiar con un paño húmedo o con bayetas “captapolvo”. El suelo se debe aspirar y fregar.

Tanto la calefacción como el aire acondicionado resecan el ambiente por lo que contribuyen a disminuir la concentración de ácaros. El aire acondicionado además filtra el aire, por lo que tiene un efecto doblemente beneficioso siempre que se haga un mantenimiento adecuado y se limpien los filtros con regularidad.

Por el contrario, los humidificadores facilitan la proliferación de ácaros, por lo que están desaconsejados.

El humo del tabaco es EXTREMADAMENTE PERJUDICIAL para un paciente alérgico. Por ello, estáTERMINANTEMENTE PROHIBIDO fumar en la casa de un paciente alérgico, incluso en su ausencia.